2020, UN AÑO DE MIERDA ¿O NO?
En realidad calificar al 2020 como un año de mierda, en mi caso, no es más que un titular, porque valorándolo entero a nivel escritoril, no ha ido tan mal. Lo cierto es que estoy satisfecha con el resultado.
Empecé el año con mucha ilusión participando en el #Origireto2020 tras el subidón de ganar el Botijo de Oro en el #Origireto2019. La cosa iba viento en popa: escribía el relato pertinente de forma holgada cada mes. Pero a finales de febrero el Covid-19 empezó a asomarse desde Oriente hasta que llegó a España para encerrarnos en casa. ¡Genial! Por fin iba a tener tiempo de verdad para escribir en lugar de tener que robarle horas al sueño pero… la incertidumbre se llevó mi inspiración a otros planetas (supongo, no sé donde fue).
Así las cosas el reto de escritura creativa me mantuvo anclada a la realidad y al bolígrafo. Logré escribir doce relatos originales y muy diferentes entre sí, que puedes encontrar en este blog. El objetivo personal del reto era escribir seis relatos más, y tras publicar dos y no ser capaz de avanzar, estaba dispuesta a tirar la toalla. Pero cuando ya apenas le quedaban horas al año logré sacar adelante los cuatro que me faltaban, con lo que completé todo el reto ganando el máximo de puntos lo cual es un gran logro a nivel creativo que me hace sentir muy orgullosa de haberlo alcanzado.
Este año el Origireto desaparece y en su lugar nace el Estrellas de tinta. Podéis consultar las bases y apuntaros pinchando aqui.
Pero como no solo del Origireto vive la escritora que hay en mí y aunque tengo que reconocer que este año escribí menos que el anterior, tengo en mi haber cuatro nuevas poesías, dos series de Haikus, tres microrrelatos y una carta de veinte folios por las dos caras (porque una se pone el uno de enero a aceptar apuestas con Kalen y pierde el norte).
Además inventé otros cinco relatos para enviar a concursos y lo más emocionante fueron las tres reseñas con las que inicié mi andadura en estas cuestiones criticonas jejeje. Toda una experiencia ya que las compuse comentando los libros con los propios autores.
Todo ello suma la nada desdeñable cifra de 68068 palabras, que no está nada mal (la carta no está incluida en esa cifra, porque la escribí a boli).
Lamento no haber sido capaz de tirar de ninguna de las historias durmientes que hay en mi cajón, pero las circunstancias arrugaron el tiempo de una forma extraña.
Con todo valoro el año como muy positivo, con alguno éxitos reseñables, como el premio del público conseguido en el concurso de relatos “la ciencia y tú” del Museo de la Ciencia de Valladolid (lo podéis leer aquí)y la publicación en diversas antologías de algunas pequeñas obras.
Como la lectura, aparte de ser un placer es también el alimento del alma de todo escritor os comento que tuve la oportunidad de leer 21 libros estupendos y 70 relatos variopintos y te todo tipo que conté gracias al Club Cazacapítulos. Este año repetiré mi participación en el club y si tú también quieres hacerlo no tienes más que pinchar aquí o aquí y apuntarte.
Para el nuevo año 2021 quiero afrontar nuevos retos, que seguiré compartiendo con vosotros por aquí. Y ya solo me queda agradeceros mucho vuestras visitas al blog. También el tiempo y el cariño que le dedicáis a dejarme esos comentarios que me hace tantísima ilusión recibir, ya que los recibo como el mejor de los regalos, por que son el motor que me lleva a seguir trabajando para mejorar.
Os invito a que echéis la vista atrás y valoréis como se debe todas las cosas buenas que seguro que ha tenido también para vosotros el 2020, a pesar de todo.
¡Os deseo a todos un feliz y fructífero 2021!