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domingo, 9 de junio de 2019

NECESIDADES INNECESARIAS



Últimamente hablo con gente nueva que he conocido en un foro de internet. Sería más correcto decir que posteo o que chateo, pero prefiero decir hablo porque dado que mi vida social real es absolutamente nula, mis nuevas amistades están en la red. La cuestión es que estas nuevas amigas con las que me relaciono me están influyendo de un modo tan evidente que nunca me había pasado.
 Me explico: ellas se maquillan, se cuidan, usan cremitas y una enorme variedad de fruslerías femeninas a las que yo nunca había prestado la más mínima atención. Por supuesto también hablan del tema, comparten opiniones sobre productos de diferentes marcas y precios, discuten efectividad de esos productos…todas esas cosas. Además alguna de ellas incluso ha creado un canal de youtube donde cuelga videos sobre belleza, maquillajes, compras que hace… y he descubierto que me gusta verlos. No es ninguna profesional de la materia, simplemente es alguien que da su opinión sobre los productos que usa y compra, sin mayores pretensiones.

A raíz de empezar a ver los videos de esta amiga he ido buceando un poco más en este tipo de canales de internet y he conocido a varias gurús de temas femeninos en la red y también me he descubierto a mi misma quedándome enganchada con esos videos. He aprendido varias cosas sobre maquillaje… y lo más importante es que he empezado a interesarme por el tema del cuidado facial y corporal y por el maquillaje. Yo. Yo que nunca he usado nada de nada, salvo un lápiz de ojos y un poco de rímel en ocasiones señaladas. Yo que nunca había usado cremas ahora me veo comparando precios y marcas. Es decir, yo que nunca había necesitado ese tipo de productos ahora deseo tener determinadas brochas, determinados colores, determinados potingues, en definitivas cuentas. Y ahora necesito esos productos. ¿Hasta qué punto los necesito? Bien, si me paro a pensar no los necesito. Tengo una pequeña cajita con algo de maquillaje y con eso tengo más que suficiente. Al fin y al cabo no me pinto tan a menudo. O si. Porque la verdad es que antes solo me pintaba cuando salía por ahí, por la noche, o cuando tenía algún evento, alguna boda o algo así, pero en las últimas semanas me pinto para salir por la tarde. No es que salga todos los días, pero cuando salgo me pinto, aunque sea día de diario. Sé que a mucha gente le parecerá lo más natural del mundo, pero para mí no lo es. O al menos no lo era, sin embargo es una práctica que se está arraigando entre mis costumbres y la verdad es que me gusta porque me gusta el resultado. Me veo guapa. Y como además estoy aprendiendo trucos y técnicas de maquillaje, logro mejores resultados de los que lograba antes, con lo cual me animo yo sola.
Y por eso me surge esta reflexión ¿de dónde me viene la necesidad de pintarme y darme cremas? En un principio me niego a pensar que el mero hecho de ver videos y compartir mi tiempo con chicas que hablan del tema es lo que me ha creado la necesidad, pero creo que debo rendirme a la evidencia de que así es. De que todo aquello que estudié un día en la carrera de publicidad y relaciones públicas era verdad. Y me pregunto ¿Significa esto que solo por exponernos a determinada información ésta nos lleva a asimilarla y traducirla en necesidades prácticas?
Espero que ustedes tengan sus propias respuestas. Por supuesto yo tengo la mía.