No era nada
difícil una vez le cogías el tranquillo. Solo había que fijarse bien en los
cables antes de conectarlo todo.
Lo más difícil
de ser electricista había sido el pasado. ¿Verdad? Claro que sí. Lo más difícil
fue lograr que en la facultad tanto los compañeros como los profesores me
trataran como una más. Pero con perseverancia se consigue todo en esta vida.
Eso decía siempre mi madre. Porque mi madre era una sabia, y siempre me había
apoyado y siempre me había querido tal y como soy.
Ella me enseñó
que mis diferencias del resto de los niños eran lo que me hacían especial. Ella
me enseñó a quererme a mi misma tal y como soy. Me enseñó a cuidarme sola y a
buscarme la vida… pero siempre se mantuvo cerca por si la necesitaba. Y la necesité
muchas veces, porque ser diferente nunca fue sencillo. Porque yo no elegí ser
diferente y nunca quise serlo, así que me esforcé desde muy pequeña en no
serlo: en no perder cursos para ir a la par de mis compañeros de clase, para
que no me excluyeran y se rieran de mi. Pero siempre fui un unicornio en una
manada de caballos. Para el que miraba desde fuera resultaba imposible no
fijarse en mi. Eso siempre fue lo peor: la atención. Todo el mundo se fijaba en
mi. Muchos me compadecían, otros solo me señalaban pero era más que suficiente
para minar la autoestima de una niña.
—Nieves
querida, que desgracia que te haya tocado semejante cruz. No me imagino lo que
debe ser tener una hija así. Mira sin embargo mi niño, Sebas, algún día será un
apuesto hombre de negocios. Con su niña va dando pasos de hormiga. Qué pena. —Le
decían las vecinas.
Sin embargo mi
madre siempre estuvo allí para hacerme ver que no tenían razón en sus
valoraciones. Que yo era diferente, si, pero que no era menos que nadie, y que
si quería que me respetaran debía hacérselo ver, cuanto antes mejor.
Mi madre
sufrió mucho para sacarme adelante. Mi padre trabajaba muchas horas fuera de
casa para que no nos faltara de nada, mientras mi madre me ayudaba a entender
el mundo… y a que el mundo me entendiera a mí.
No es que mi
padre no me quisiera o no me aceptara, pero para él era mucho más difícil. Mi
tía Elvira, su hermana, había sido igual que yo. Pero en la época en la que
ella vivió eso era un estigma enorme. Para la sociedad de aquella época no era
más que una “niña mongolita” y poco se podía hacer por ella salvo compadecerla.
Nunca tuvo las oportunidades que yo. Aunque su familia la amaba y la cuidaba,
nunca tuvo la oportunidad de aprender a vivir sola y eso hizo que acabara sus
días encerrada en una institución donde acabó muriendo antes de tiempo, sola. Así
que mi padre se sentía responsable de mi cromosoma erróneo y como
emocionalmente no era capaz de ayudarme, puso todo su empeño en darme todo lo
que mi tía Elvira no pudo tener. Por eso trabajaba de sol a sol, o incluso
aceptaba trabajos extra para poder costearme todas las oportunidades que su
hermana nunca tuvo. Era su forma de purgar su culpa.
Pero yo nunca
le había culpado de nada, y mi madre tampoco. Las cosas pasan y si algo se es
que hay que atajarlas como vengan para poder salir airoso. Y eso lo sé por todo
lo que he vivido, pero también por todo lo que he leído. Mi padre pasaba poco
tiempo en casa, pero tenía una gran estantería repleta de libros y dedicaba sus
escasos ratos de ocio a leerlos. Así que desde pequeña sentí una gran
curiosidad por los libros. ¿Cómo eran capaces de mantener a alguien tan
atormentado absorto durante tanto rato en su lectura? Pareciera como si el
mundo entero se apagara a su alrededor. En cuanto aprendí a leer lo comprendí:
los libros podían transportarte a mil universos donde daba igual quien fueras y
cuales fueran tus circunstancias. Así que dediqué gran parte de mi infancia a devorar
todo lo que caía en mis manos: desde cuentos a libros sobre historia o filosofía.
Por supuesto también libros sobre mecánica y electricidad, puesto que desde
pequeña siempre sentí gran curiosidad por saber cómo y porqué funcionaban las
cosas que me rodeaban.
—Lo
de su hija no es normal. Algún día vamos a tener un disgusto. Es mejor que
sigua leyendo, si dice usted que la gusta tanto. Mira mi Sebas, que casi sin
esfuerzo saca tan buenas notas, y nunca nos da un disgusto. Algún día será un
gran abogado, o un director. Su hija tendrá que vivir de las miguitas que le
den cuando ustedes le falten.—Solían decirle a mi madre las vecinas del bloque
cuando comentaba con ellas mis aficiones. Y si, algún susto tuvimos debido a mi
afán por construir inventos a partir de juguetes que yo misma desmontaba. Algún
cable se había quemado y alguna bombilla se había fundido, pero nada de lo que
las temerosas vecinas hubieran tenido que preocuparse.
Con el tiempo
mi afición se convirtió en mi vocación y acabé estudiando Ingeniería Eléctrica.
Porque llegué a un punto en el que necesitaba saberlo todo sobre la electricidad.
Necesitaba saber cómo funcionaban las placas solares y como las estaciones y
subestaciones eléctricas podían abastecer de energía a ciudades enteras. Mi
ansia por saber cómo funcionaban las cosas no había menguado por el tiempo,
sino todo lo contrario.
—Estáis
tirando el dinero, Nieves. Sin embargo mi Sebas está ya ganando el suyo. Se ha
hecho youtuber y como es tan guapo tiene mucho éxito. No necesita estudiar, porque
ahora ya no hace falta eso para ganarse la vida. —Le decían las vecinas del
bloque a mi madre cuando comentaban en la escalera que yo estaba estudiando una
carrera superior. Las vecinas no tenían la misma fe en mi que demostraba mi
madre. No entendían que tener síndrome de Down no era un impedimento para que
mi curiosidad fuera infinita. Y no eran capaces de ver todo el esfuerzo que
hacía por saciarla. No valoraban que la belleza física no era garantía de nada
en esta vida. Para algunas de ellas no era más que una “niña mongolita”.
Pero además no
tenían ni idea de la necesidad que yo sentía de mostrarle a mi padre todo lo
que le quería, para que pudiera estar orgulloso de mi y no se sintiera culpable
nunca más. Necesitaba sobre todas las cosas ver ese brillo especial en sus
ojos, el mismo que había en los de mi madre cuando me miraba, pero que en los
suyos estaba apagado por el tormento que suponía para él tener una descendencia
“defectuosa”. Por supuesto él nunca me dijo nada por el estilo, pero era algo
que se le notaba. Desde pequeña pude ver un velo de decepción en su mirada
cuando la posaba en mi.
Pero ahora
estaba allí, en el cuarto de contadores de mi bloque, sustituyendo los
contadores antiguos por unos digitales mucho más eficientes. Demostrando a mi actual
jefe que no necesitaría 15 días de prueba para ver que era muy buena en mi
trabajo, porque me encantaba. También para demostrar a mis vecinas que nunca habían tenido razón
en los comentarios que le habían hecho a mi madre. Pero sobre todo para que mi
padre pudiera sentirse, por fin, orgulloso. Ya no necesitaba trabajar de sol a
sol. Nunca más tendría que aceptar trabajos extra. Mi sueldo como electricista
era bueno y seguiría viviendo con ellos para afrontar con él todos los gastos
domésticos y que ellos pudieran, por fin, descansar y disfrutar de su tiempo. Quería
devolverles todo el cariño que me habían dado y demostrarles que cada minuto
que me habían dedicado en la vida había merecido la pena.
—Nieves,
¿quién nos lo iba a decir, verdad? Su hija tiene un buen trabajo. Mira si
Sebas, todo el día con el móvil en la mano pero de trabajar nada. No sé qué va
a ser de él.
—Yo
siempre confié en ella. Sabía que encontraría su camino en la vida.
……………………………………………………………..
—Te
grabaré trabajando para recuperar seguidores en mi canal ¿Qué te parece? —Me
dijo Sebas, con voz socarrona, desde el pasillo. Estaba despeinado y en pijama.
Seguía viviendo con sus padres porque sus ingresos no le daban para más. Su
novia le había dejado porque no estaba dispuesto a trabajar para labrarse un
futuro a su lado. Nunca había sabido lo que era tener que esforzarse por algo.
—Me
parece que lo de ser cigarra no te ha funcionado, Sebas. Déjame seguir con mi
trabajo. Seré una hormiga más, pero no necesito más que mis manos para vivir.
MAYO:
Objetivo 12: Usa tu relato para dar visibilidad a un colectivo minoritario.
Cuentos y leyendas K: La cigarra y la hormiga.
Criaturas del camino IV: Unicornios
Objetos ocultos: 9 las estaciones y 12 placas solares.
Además: milpalabrista (1467 palabras), Tríada (por relatos que traten tema LGTB o minorías,considerando minoría las personas con sindrome de Down u otras enfermedades o síndromes estigmatizantes) Inconformista (relato con crítica social). A falta de confirmar estos puntos por las jefas, creo que no me dejo nada.
Qué maravilla de relato, Yarko.
ResponderEliminarLa estructuración, el ritmo, los detalles y las benditas estaciones y subestaciones que quieren hacerle ya la competencia a la espada y daga de cristal.
Además haces una reivindicación muy necesaria. Con esfuerzo y apoyo de nuestros seres queridos prosperar es cuestión de tiempo. Aunque le haya salido mal a Sebas, estoy segura que terminará por encontrar su camino si reflexiona a tiempo. Todos tenemos nuestros handicaps y me alegro mucho que pese a todos los prejuicios haya encontrado su lugar en la vida y es feliz con ello.
Gran crítica social y muy necesaria.
Nos leemos pronto.
Hola Érica! Como me alegra verte por el blog!
EliminarEstoy convencida de que las estaciones y subestaciones quitarán el puesto a las espadas y dagas de cristal, solo hace falta convencer a Brayan jejejeje
Me encanta haber sido capaz de conseguir que este relato te haya gustado, puesto que tuve que documentarme bastante para entender algunas cosas que no entendía para poder darle el tono que quería, espero haber acertado.
Ojalá aprendamos todos a aceptar las diferencias, porque para bien o para mal, es lo qeu enriquece la sociedad y la hace evolucionar, yo, al menos, estoy convencida de ello.
Muchas gracias por leer y dejar un comentario tan cariñoso.
Yarko, me has hecho llorar, que maravilloso relato!!!, que maravillosas enseñanzas dejas plasmada!!!. Es inevitable quedarse pensando, y darle una vuelta a tantas cosas que de repente dejamos de lado. Como te dice Erica, con esfuerzo y apoyo de nuestros seres mas queridos podemos lograr mucho y llegar a cumplir nuestros objetivos. En cuanto al objetivo de dar visibilidad, pues que increíble como aún en la sociedad se sigue marginando y estigmatizando una necesidad especial, por lo que es la parte que mas me emocionó de tu relato, de que no por tener una necesidad especial, eres incompetente o estás fuera de las normas de una sociedad. Muy por el contrario!!! como muy bien lo reflejas, la constancia y el apoyo, logran que tu personaje puede ser mas competente que una persona "normal" y eso hace que todo el relato sea hermoso.
ResponderEliminarLejos mi relato recomendado del mes!
Muchas gracias por darnos este hermoso regalo
Saludos desde Chile.
¡Hola Dani! Cuanto tiempo sin verte, me encanta que hayas tenido un ratido para dedicarle a leer mi relato. Para mi ha sido una historia especial porque aunque pensaba que yo misma estaba libre de prejuicios, cuando me puse a documentarme descubrí un universo entero de cosas que había entendido mal o no había entendido, así que ha sido muy enriquecedor escribirlo. Nunca pensé que un relato corto pudiera tener tanto detrás para ser escrito, pero he descubierto que lo que realmente funciona en un relato aparentemente sencillo es la verdad, o el intentar contar las cosas con verdad.
EliminarNo era mi intención hacer llorar a nadie, pero está bien dejar fluir las emociones, es lo que hace que la vida sea intensa.
Me alegro de haber dado en el clavo con el tema del trabajo, el esfuerzo, la constancia y el apoyo de los que te rodean, porque en la sociedad actual pareciera que el trabajo y el esfuerzo están minusvalorados y es muy triste.
Muchas gracias a tí por leer y comentar con tanta pasión y por supuesto por la recomendación.¡Me ha hecho mucha ilusión!
Un abrazo!
Precioso relato y preciosa lección. ¡Y que mal me cae la madre del tal Sebas!
ResponderEliminarMe gusta como está redactado, como se aprecia El Paso del tiempo y la evolución de la protagonista (y de Sebas).
Saludos y nos vamos leyendo.
Hola Isefran! Me encanta verte por aquí! perdón la demora en la respuesta, pero esto del confinamiento me ha tenido descentrada. Me alegra que el relato te haya gustado y que te caiga mal la madre de Sebas es genial, porque es justo lo que quería: que cayera mal a la gente jejeje
EliminarLo triste es que siguen pasando estas cosas, por desgracia.
Saludos!!
Buenas noches
ResponderEliminarAprovecho para leer tu relato, justo antes de irme a dormir.
Me ha gustado mucho. Está muy bien conseguido condensar, en menos de 1500 palabras, media vida de la protagonista. Me gusta que has ido relacionando como iba creciendo la protagonista y como iba evolucionando Sebas. Pasa muchísimo: niños que tan prometedores parecen y terminan convertidos en personas sin motivación y sin vida, y otros por los que nadie apuesta y que a base de trabajo, constancia y no rendirse nunca, acaban teniendo una vida plena.
Muy bien introducido el tema del Síndrome de Dawn, con mucho respeto y cariño.
Está muy bien escrito. He visto dos tonterías, pero una no la encuentro. La otra es una tilde olvidada en "sé" aquí: "Las cosas pasan y si algo se es que".
Un saludo.
Juan.
Buenas Juan. Siempre me hace ilusión ver que has sacado unos minutos para leer mis relatos. Y te agradezco mucho que me señales los errores porque si están ahí es, obviamente, porque yo no los he visto y es bueno corregir.
EliminarCiertamente es demasiado frecuente que ocurra esto que narro, pero por eso mismo me di cuenta que un relato contándolo podía venir muy a cuento, sobre todo en la situación extraña en la que estábamos cuando lo escribí, (confinamiento), que nos igualaba a todos en casi todo.
Mi intención era hacer ver como dos personas en igualdad de oportunidades podían obtener muy diferentes resultados y por eso no dejo ver la diferencia de la prota hasta bien avanzada la historia, porque al final no se trata más que de un escalón más en su evolución.
Muchas gracias por tu comentario como siempre tan positivo, me animas un montón.
Un abrazo!
(Pon voz de la Pantoja)
ResponderEliminarMa-ra-vi-llo-ssoo.
Me ha encantado. Parecia que estabas hablando de la dificultad de las mujeres en prosperar educacional y laboralmente en esta sociedad patriarcal, y luego descubrimos que además, tiene la dificultad añadida de las personas con Down.
Toda una heroina, que ha tenido suerte de tenee esa familia. Ojalá todas las familias fueran así para educar en valores y proporcionar la educación formal quecada vástago requiera. Y que le den morcillas a ese tipo de vecinas.
Por cierto, personificas a la vecina madre de Sebas, pero en uno de sus incisos dices "eso le decian las vecinas". Bueno, lo opinarian muchas pero solo lo decía la dichosa "Sebastiana".
Hay una o dos erratillas (un acento que falta en un sé de saber y otra cosa que no recuerdo), pero cero laismos. ¡¡¡Biiieeen!!! Jejej.
Ya he recomendado, pero este se queda en la recámara ;)
Jaaaajajajajajaj voz de la Pantoja jajaja, me meo de la risa RJRandom! Eres la caña.
EliminarYa sabes que me gusta ir dejando caer miguitas para definir a los personajes, para que así los lectores, vosotros (que por el momento sois mis únicos lectores) podais ir dando forma a la historia según vuestra imaginación os dicte.
Me alegra que he haya resultado interesante y que me marques los fallos, porque yo no los veo.
Y me apunto un tanto por haber logrado plasmar a la madre de Sebas, ha sido mi gran éxito del relato, por lo que veo, ya que todos la habeis cogido manía, que era justo lo que quería.
Me hace especial ilusión que estuvieras dispuesto a recomendar su lectura, así que ahí en tu recámara por si acaso, bien.
Un abrazo!
¡Hola Yarcko!
ResponderEliminarYa es el segundo relato tuyo con el que acabo hecha un mar de lágrimas. Ay diosito. Me ha gustado MUCHÍSIMO. He sentido impotencia y rabia ciega, pero lo he adorado. He sentido impotencia por esos padres que lo dan todo por sacar adelante a su hija, porque aunque no tengo ninguna diversidad funcional que me haga “distinta”, sí he vivido que mis padres se sacrifiquen por mí y me encanta como lo reflejas en los pensamientos de la prota, queda super realista. He sentido rabia ciega contra esas vecinas con malas lenguas y malas intenciones, porque ya me dirán que lo de comparar a la gente es con buena intención, sí claro.
Me alegro de que al final consiguiese salir adelante y cumplir su sueño de entender la electricidad. Es lo que se merece después de como la trataron. Que ya va siendo hora de que la gente deje de menospreciar a personas con Down u otras diversidades, que el tiempo de encerrarlos en centros debería haber pasado hace mucho.
Como siempre, magnífico.
¡Nos leemos! ¡Saludos!
¡Hola Thaly!
EliminarNo me digas eso, que al final voy a tener que comprarte unos pañuelos, para cuando vengas a leer mis relatos! Aunque me halaga saber que te ha tocado el corazón, porque la verdad es que la vida de la prota no es fácil y tampoco fue fácil condensarla en tan pocas palabras. Veo que el esfuerzo mereció la pena si he logrado que tú y algunas personas más hayais disfrutado de la lectura.
Por suerte el tiempo de tener encerradas a las personas con diversidades ya pasó, aunque sigue habiendo casos que te llegan a partir el alma cuando te enteras.
Muchas gracias por venir, leer y dejarme un comentario tan cariñoso y positivo.
¡Un besote!